Se acaba de inaugurar en Madrid la Casa de la Arquitectura, se recupera así para la ciudad un espacio en los Nuevos Ministerios, Las Arquerías un magnífico lugar siempre vinculado a la arquitectura, el territorio y el urbanismo que llevaba unos cuantos años cerrado.

Ahora la arquitectura en su sentido más amplio dispone en Madrid de dos lugares de exposición de muy distinto enfoque, visto que la Casa de la Arquitectura se define como un museo y la otra sala, la del Instituto de Crédito Oficial (I.C.O.) tiene una función más viva presentando magníficas exposiciones temporales acerca de la obra de arquitectos, que con el tiempo se convierten en referentes, como las de Keré, Higueras, Heringer o la actualmente abierta dedicada a la obra de Doschi.

La Casa de la Arquitectura nace por mandato de la Ley de Calidad de la Arquitectura aprobada en 2022, en su preámbulo se dice de ella que se constituye para orientar la actuación de los poderes públicos hacia esa calidad y nace como heredera del no nato Museo Nacional de  Arquitectura y Urbanismo creado en 2006 y “la institución se concibe como un museo de titularidad y gestión estatal que pretende ejercer tanto las funciones de un museo adaptado a la actualidad como servir de plataforma de intercambio entre instituciones y asociaciones vinculadas a la difusión e la arquitectura”, también pretende incidir en la protección el patrimonio mediante la creación en un catálogo que sirva a las administraciones para la elaboración de los catálogos que le son propios.

Llama la atención la poca atención que presta la ley al territorio y a la ciudad, elementos que son la base para la implantación de buena arquitectura, salvo la referencia en el preámbulo a la “rehabilitación, la regeneración y la renovación urbana bajo el principio del desarrollo urbano sostenible”. Aun cuando al hablar de la trasposición de las Directivas Europeas encaminadas a mejorar la calidad de la arquitectura promovida por el sector público si incide en el espacio público y el entorno construido: “Las administraciones en tanto que tenedoras y gestoras del patrimonio construido y encargadas de la prestación de los servicios públicos, tienen responsabilidades singulares sobre la calidad del entorno construido y especial capacidad, así como su preservación y mejora”. 

La Ley en su Art.7 define las funciones de la Casa de la Arquitectura en quince epígrafes con referencia exclusiva a la arquitectura como elemento construido olvidando su soporte, trazados, espacio público, infraestructuras, en fin, todo aquello que hace posible una vida urbana de calidad en conjunto con la arquitectura construida que debería levantarse en un territorio ordenado con una exigencia de calidad.

En su presentación no puede hablarse estrictamente de un museo ya que se abre con tres exposiciones, se entiende que temporales. La primera “La construcción de un país” plantea un recorrido cronológico a través de maquetas de la arquitectura representativa, que se ha desarrollado partir de la transición respondiendo a distintos requerimientos, básicamente centrada en proyectos de equipamientos que han permitido desarrollar una arquitectura de una mayor singularidad y que sobresale sobre lo realizado cotidianamente, planteando en su discurso una cierta visión negativa de la situación de la profesión, obviando la progresiva aparición de una arquitectura y un espacio público de calidad cada vez más visible en nuestro país, aun cuando debiera abrirse el debate acerca de lo que se entiende por calidad, desde lo correctamente construido a lo bien diseñado o a la recuperación y regeneración que progresivamente mejora la escena urbana.

La exposición presenta así una colección de maquetas acompañadas de unos textos más combativos que definidores de la realidad y no siempre ajustados a lo que se muestra y que quizás, lo que deberían plantear es la intencionalidad de producir un debate necesario y que habrá de producirse en el transcurso del tiempo según se vaya consolidando la Casa de la Arquitectura.

Las otras dos exposiciones responden claramente a una de las funciones definidas por la ley para este espacio, la relativa al mecenazgo y apoyo a jóvenes profesionales y el impulso de la investigación y la innovación. La primera Nameless models presenta las maquetas de la I Bienal de Arquitectura Joven de Cataluña y la Segunda Ecosistemas. Zip. Nuevos Procesos, Nuevas Arquitecturas ofrece los resultados del trabajo de investigación realizado a partir de la información de 300 estudios formados por la generación nacida después de 1986, es reedición de la exposición celebrada en 2022 en la Sala Amadís, también en Madrid. Habla de los modos de trabajo, especialización y lo que es más importante las relaciones que se crean entre los mismos, generando redes de contacto.

Hay que celebrar la recuperación el espacio de Las Arquerías y la inquietud expresada en su puesta en marcha en pro de la calidad de la arquitectura y esperemos que cada vez más de la de nuestro territorio y nuestras ciudades.