El fin del verano conlleva el regreso a la ciudad, al trabajo y a las rutinas diarias y lleva al tiempo al recuerdo de los espacios naturales, las playas y los lugares que se ha disfrutado, en medio de miles de turistas o en pueblos vacíos en los que el patrimonio languidece lentamente una vez perdidas las funciones que lo hacían valioso.

Esta reflexión nos conduce a la importancia creciente de la creación de nuevos espacios públicos, urbanos o en las periferias, espacios creativos que en muchos casos ofrecen nuevas formas de ocio y de contacto con la naturaleza que se van creando o recuperando en lugares a los que antes no se prestaba atención a pesar de su proximidad. Así, este número presenta una serie de proyectos con interés en la creación de nuevos itinerarios, de renaturalización, de potenciación de paisajes o de esponjamiento de la ciudad así, como de algo fundamental: la gestión del agua.

Los proyectos expuestos demuestran una creciente preocupación por el diseño paisajístico y urbano, incorporando la sostenibilidad en diversos aspectos. Sería interesante que se pudieran mostrar más proyectos de planeamiento, ya sea urbano o de escala territorial. Desde el equipo editorial quisiéramos también hablar de planteamientos, no tan novedosos, pero dispuestos a dar respuesta a la urgente necesidad de construir vivienda a un precio asequible y a una posición activa de la iniciativa pública. Asistimos a un debate permanente, a ciclos de conferencias e incluso congresos para tratar el tema, pero la realidad nos enfrenta a una demanda creciente de vivienda y a una oferta inasequible. Las propuestas que nos llegan son de pequeñas acciones incapaces de abordar la cuestión en su verdadera dimensión a nivel global

Estamos ante la convocatoria de la duodécima edición del Foro Urbano Mundial (WUF 12), que convoca ONU-Hábitat bajo el lema “Todo comienza en casa: acciones locales para ciudades y comunidades sostenibles”. El WUF 12 se centrará “en la localización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, arrojando luz sobre las acciones e iniciativas necesarias para frenar los desafíos globales actuales que afectan a la vida cotidiana de las personas: la vivienda asequible, el aumento del coste de la vida, el cambio climático, la falta de servicios básicos, los conflictos en curso”, temas recurrentes para los que esperamos propuestas innovadoras y concurrencia de voluntades para su resolución”.

El número se abre con un documento de planificación a muy largo plazo en Almere (Países Bajos) -su horizonte es el año 2040- un proyecto que incide en la idea de trabajar con la naturaleza y apuesta por la densificación para afrontar de manera resiliente el cambio climático en torno a grandes superficies de agua.

El siguiente proyecto trabaja en la consolidación de una infraestructura verde desde un ámbito infrecuente, la gestión del agua de lluvia, con la renaturalización de una rambla, hoy una calle asfaltada, que siempre adquiere una dimensión de peligro para la ciudad como la terrible actualidad nos muestra.  Así el drenaje, que es la base de la propuesta, filtra, retiene, lamina e infiltra el agua de la lluvia en el ámbito, unido al uso de los materiales y la vegetación se convierte en el principal elemento del diseño fomentando la biodiversidad, dentro de una premisa, base del diseño, la ruptura de la pendiente creando terrazas. Este corredor verde supone la creación de un itinerario conectado, en este caso, con el parque generado por la cobertura de la infraestructura ferroviaria en Vilafranca del Penedés.

Con objetivos similares, pero en un territorio con características muy distintas, se presenta un proyecto en Fortaleza (Brasil). En este caso también se habla de agua, unas lagunas en proceso de eutrofización y con problemas de inundación, de nuevo el agua como generadora de peligro, resuelto en este caso bajo criterios de diseño apoyados en los conceptos de Infraestructura Verde y Ciudades Esponja, creando un sistema de amortiguación de inundaciones mediante la construcción de humedales. Se trata de un proyecto de grandes dimensiones (203 has.) de carácter lineal, acompañado de equipamientos culturales, deportivos y recreativos. Con un alto contenido de urbanidad pretende convertirse en un nuevo espacio de centralidad.

La adecuación paisajística de la cornisa y laderas del Conquero de Huelva, está conectado con los objetivos del proyecto catalán, en donde el coche se desplazado por los peatones y las bicicletas en una conformación geográfica singular, que favorece no sólo la movilidad lineal sino también al transversal, al tiempo que convierte un espacio, hasta ahora, escasamente valorado en un mirador sobre las marismas del Odiel.

Siguiendo la trayectoria de los últimos números se presenta el proyecto de Zalenverg que combina un parque y una granja agrícola en las afueras de Bruselas, un nuevo proyecto en la periferia urbana que apuesta por la agricultura de proximidad combinando un programa conjunto de agricultura urbana y naturaleza como un parque agroecológico pensado como espacio de ocio y aprendizaje.

Cierra el número el proyecto en el Barranco de la Hoya de Almería, un proyecto premiado por los premios de Arquitectura 2024 del Consejo Superior de los Arquitectos de España en la sección de: ‘Sostenibilidad y Salud: Valores Universales”. Este proyecto pretende la restauración de un paisaje heredado buscando redescubrir y reinventar el barranco, un espacio singular en su configuración topográfica en el borde del centro histórico de Almería, con unos aterrazados que se han conservado como elemento característico al igual que el sistema de irrigación, poniendo en uso unas antiguas albercas. La idea planteada era la conservación del sitio con la intención de destacar unos valores propios como los de los monumentos que la rodean, desde el análisis de la documentación histórica existente, con el objeto de crear un parque público. Nos encontramos con elementos infraestructurales de la gestión de las aguas de riego del parque y de drenaje de las puntuales -y a veces torrenciales- lluvias propias de la climatología del lugar. En palabras de sus proyectistas:” El parque imaginado y materializado, los Jardines Mediterráneos de la Hoya, conforma así un paisaje que reúne un entorno monumental, una reserva arqueológica, un santuario de flora y fauna en el centro de la ciudad, una celebración del clima mediterráneo semi-árido y un reflejo de la cultura del agua de Almería”. 

Si en el número anterior el argumento era la sequía, en esta ocasión nos centramos en la gestión del agua, distintos modos de enfrentar el problema indican el camino de la prevención en la situación dramática que la última DANA ha provocado en el levante español. Prevención que siempre ha sido un recurso para afrontar los fenómenos naturales y que la sensación de falsa seguridad del presente hace olvidar situaciones ya vividas en el pasado.