© Pablo Gómez-Ogando, cortesía de la Norman Foster Foundation

Casi coincidente con el anuncio del 15 de noviembre de que la población mundial alcanzaba los 8.000MM. de habitantes la Fundación Foster convocaba un nuevo debate bajo el título de: “Cities: Affordable Housing”. Debate muy oportuno y necesario dadas las nuevas demandas de vivienda y que no solo afecta al número sino a sus cualidades, exigiendo la definición de nuevas soluciones derivadas de la pandemia, el cambio climático, nuevos tipos de familias, y algo que cada vez es más urgente abordar las desigualdades derivadas de los diferentes contextos en que esa población se mueve, teniendo en cuenta que habitualmente hablamos de lo que llamamos el mundo occidental y más concretamente Europa, convertida por su mayor grado de desarrollo en referencia constante.

El número de 8.000MM., es una buena noticia que nos lleva a pensar en todos aquellos avances científicos que han permitido el progreso de la población, pero es un proceso que no se produce sin generar desigualdad, acceso limitado a alimentos y recursos, a la vivienda e impactos ambientales. ONU-Hábitat estima al alza que para el 2050 el 68% de la población vivirá en ciudades, un reto que desborda la capacidad de las ciudades y sus modelos actuales si se quiere hablar de ciudades inclusivas, seguras y sostenibles. Esto inevitablemente conduce a pensar que la urbanización rápida y no planificada que hoy observamos en mayor medida en Latinoamérica, Asia y África va a continuar, según la misma fuente en estos dos últimos continentes será urbana el 90% de la población, no solo por el propio crecimiento demográfico sino por movimientos migratorios En esta situación hablar de vivienda asequible se hace urgente.

La convocatoria de la Fundación no se limitaba al debate, su imagen más pública. Éste formaba parte del workshop que se ha celebrado del 14 al 18 de noviembre y se planteaba desde la premisa de cómo satisfacer la demanda de vivienda asequible a nuestras ciudades y que es lo que la arquitectura y el diseño pueden hacer para afrontar este reto. Se pretendía, con el apoyo de la “Holcim Foundation for Sustainable Construction” y un potente cuerpo académico explorar el problema desde tres perspectivas: i) el diseño y la construcción innovadores, ii) la planificación urbana y la creación de nuevos espacios y iii) los temas sociales.

El wokshop abre la oportunidad del debate en el que participaron distintos profesionales de reconocido prestigio que trabajaron en el mismo, elegidos desde ámbitos y formas muy diferentes de aproximación al problema, y a los que hemos tenido la ocasión de escuchar en la sede de la Fundación en el formato ya habitual de un panel a través de breves presentaciones, un coloquio y una conversación, en esta ocasión, entre Foster y Alejandro Aravena. Siempre introducidos y moderados por Stuart Smith, que desde Arup en Berlín, contribuye al estudio de temas como la economía circular en el entorno de la construcción, diseño regenerativo y en el desarrollo de edificios bajos en carbono. En su introducción habló del rápido crecimiento de las ciudades en los últimos años y la aparición sin planificación de asentamientos informales y viviendas inadecuadas y en consecuencia la necesidad de construir 100.000 viviendas diarias, lo que por sí solo justifica el workshop  y responder cómo ofrecer viviendas asequibles en nuestras ciudades, también necesarias en los países desarrollados dado el aumento de los alquileres y el precio del suelo, y el reconocimiento de la importancia que tiene “una vivienda decente para la salud, la educación y el acceso a servicios básicos, oportunidades económicas, seguridad y negocios” , también incidió en la necesidad de avanzar en los ODS’s. Con el ejemplo de Viena como faro a seguir, tanto en planeamiento como en diseño. Aporta tres soluciones: reusar, la construcción industrial y la economía circular.

En el panel intervino en primer lugar el arquitecto holandés Peter van Assche que, desde su oficina, dirigida a la transición hacia la economía circular desde el diseño, interviene en la ciudad de manera innovadora desde iniciativas propias y con sus propios recursos. En sus cinco minutos habló del papel de la comunidad para lograr un diseño regenerativo, que asimila a circular, atendiendo a los requerimientos de grande, barato y sostenible. Ello, en su opinión,  implica trabajar en proyectos desarrollados y ejecutados por los usuarios.

La siguiente en intervenir fue Tatiana Bilbao, una arquitecta mexicana con una sólida trayectoria, que dirige su propio despacho cuyos objetivos son integrar valores sociales, colaboración y diseño sensible en su aproximación al trabajo arquitectónico, planteó una dinámica de intervención con especial énfasis en lo que entiende por vivienda, asimilada más al concepto de hogar, a partir de considerarla como el acta del cuidado social, apoyada en una cita de la arquitecta, también mexicana, Fernanda Canales. La casa, para ella, es un lugar para reposar, un santuario, propiedad del núcleo familiar, un lugar social, cultural y físico, incidiendo en crear espacios que no determinen usos y que se puedan acomodar según las necesidades de la vida de familia, es decir, que se puedan contraer y expandir y siempre teniendo en cuenta el contexto. Presentó algunos dibujos que desarrollan estos conceptos.

El siguiente en intervenir fue Jonathan Ledgard, se presenta como un pensador futurista en tecnología avanzada  en condiciones de riesgo y naturaleza en economías emergentes, está especialmente interesado en aportar tecnologías avanzadas para los pueblos de África. Como ejemplo su concepto de medical delivery que mediante drones ha sido utilizada en más de una docena de países, entre sus proyectos el asequible puerto para drones desarrollado por Norman Foster, presentado en la Bienal de Venecia de 2017. Comenzó su intervención con un ejemplo deportivo para apoyar su tesis de que no estamos preparados ante lo impredecible  y la velocidad y la aceleración de los procesos, en situaciones de impotencia hay que entender la gravedad de la situación. El cambio climático está aquí y la extrema pobreza está aquí, lo que exige entender la gravedad del problema y la escala del cambio, mostrando una expresiva fotografía de una situación en África que presenta gráficamente las consecuencias del cambio climático y la lentitud con la que técnicos y políticos se enfrentan a este problema para el que afirma hay soluciones.

La última en intervenir fue María Vassilaku, ha sido vicealcaldesa de Viena, responsable de Planeamiento Urbano, Tráfico y Transporte, piensa las ciudades como abiertas, verdes asequibles, familiares y diversas para la vida. En los años que estuvo al servicio de Viena implementó una agenda de proyectos innovadores que han contribuido a la sostenibilidad de la ciudad posicionándola en el número uno internacional como la ciudad más habitable de la última década. Expuso sus ideas a partir de afirmar que el diseño para todos es la calidad urbana, afirmando que lo que es bueno para los niños es bueno para todos y que trabajar con la gente es la clave, trabajando con altas densidades y el espacio público. Describió como se trabaja en Viena, ciudad, por otra parte, con un siglo de experiencia trabajando en vivienda social, donde se establecen porcentajes de viviendas subsidiadas en función de la promoción de que se trate, en promociones de 150 viviendas hasta los dos tercios y nunca menos del 50%, además de tener que dotar de equipamientos como la escuela, contribuyendo al reequipamiento de los barrios adyacentes. Se pregunta qué es la calidad urbana y plantea atender a las necesidades de diseño urbano para un crecimiento sano y seguro para los niños y reproducir el corazón de nuestras ciudades. Los suburbios crecen porque son asequibles para las nuevas familias, con los problemas asociados del uso de vehículos para actividades diarias y la subsiguiente contaminación, situación derivada del crecimiento del precio del suelo en paralelo, lo que exige como solución variedad en arquitectura ecológica que tenga un precio eficiente y sea participativa, de nuevo como conclusión involucrar a la gente.

En el coloquio que se planteó a continuación,  Stuart Smith lanzó la pregunta de si actuaciones como las presentadas eran replicables  a la velocidad necesaria, Ledgard afirma que si en base  al optimización de las tecnologías y mucha imaginación, Vassilaku no es tan optimista es preciso tener en cuenta el contexto, crear comunidad que permita proyectos colaborativos y espacios compartidos en condiciones de alta densidad y un espacio público bien diseñado bueno para todo el barrio y la vecindad lo que no es replicable directamente a las necesidades de toda sociedad. En cuanto al tema de los bajos precios estimados por Asshes como necesarios para trabajar, insiste en que no es problema de gobierno o de promotores privados sino de una situación intermedia de participación de la comunidad. Comunidad y crear comunidad, es el argumento de un debate muy denso que lleva a ejemplos como el derecho constitucional a la vivienda de México y la incapacidad del gobierno para construir las viviendas necesarias y a la participación de los promotores privados que crean “cajas” para vivir y exigen al gobierno la provisión de infraestructuras y equipamientos. Un debate con un encuentro difícil por los diferentes contextos en que se mueven los participantes que llevan al planteamiento  de límites al crecimiento de las ciudades en el caso de Ruanda o la atracción de parejas de jóvenes en el de Viena donde el espacio se comparte desde la cocina al co-working, y las nuevas actuaciones del barrio sirven al conjunto de la comunidad, a toda la vecindad   que se beneficia de las mismas, comparada con la incapacidad de acceso a una vivienda en Amsterdam. Un debate denso y complejo en el que hay un acuerdo básico de creación de comunidades en gran medida autogestionadas desde la participación activa.

Por último tuvo lugar la conversación entre Norman Foster y Alejandro Aravena, ambos premios Priktzer, no requieren presentación. Aravena presentó un vídeo en el que se exponía el trabajo de Elemental, su despacho profesional desde el que se trabaja activamente en el concepto de la vivienda incremental, partiendo de un concepto básico, la creación de una estructura final de 80m²,  que se va llenando de contenido a medida que la familia o el número de usuarios crece. Un coloquio interesante por la diversidad de aspectos tratados, muchas veces desde puntos de vista muy diferentes y sin aparentes puntos de conexión siempre en defensa de una vivienda asequible con acuerdos básicos como son la provisión de infraestructuras y los equipamientos o el tratamiento del espacio público. Se abordaron temas que van desde la industrialización a la movilidad o  las energías limpias, al tan debatido tema de la densidad y el enfrentamiento entre los edificios en altura y los de altura media, temas de propiedad desde la renta como flexibilidad a la propiedad como seguro de futuro, a la defensa de lo individual integrado en lo colectivo o la necesidad de control social, la defensa de un master plan frente a un plan estratégico. Se habló de la función del arquitecto  y la necesaria puesta en común de los problemas y sus soluciones entre profesionales y usuarios y la importancia del diseño para alcanzar soluciones. Es decir, se abordó la complejidad del problema desde distintos ángulos en un debate ágil e intenso. Como reflexión final no hay respuestas convencionales para el problema que centraba el debate.

Puedes ver el encuentro completo en este enlace.