Se ha celebrado el VI Congreso Internacional de Arquitectura sobre la “Ciudad que queremos”, organizado por la Fundación Arquitectura y Sociedad y dirigido por José Mª Ezquiaga. Su objetivo era reflexionar sobre “los retos globales que plantea el futuro de las ciudades desde dimensiones como el cambio climático, la movilidad sostenible, la equidad social, la salud y el bienestar o la humanización de los espacios públicos” se convocaba como continuación del nuevo ciclo, centrado en la ciudad, iniciado en 2018 con el título “Menos arquitectura más ciudad”.

Un total de 15 ponentes presentaron durante tres días sus ideas y reflexiones y también   aspectos propositivos buscando un intercambio de experiencias, desde su propia especialidad en un amplio abanico de personalidades relevantes, entre los  que se encontraban economistas, sociólogos, alcaldes, geógrafos, arquitectos, es decir, todos aquellos profesionales que tienen algo que decir sobre esa construcción tan singular que es la ciudad, desde su complejidad y las distintas disciplinas que la estudian, analizan y proyectan hacia el futuro. Se presenta en un momento importante por los retos que se plantean, a partir de aspectos novedosos como el cambio climático que ya está aquí, no es que antes no estuviera, solo que se ignoraba y al que habrá que plantar cara con soluciones innovadoras e integradas, sin olvidar temas tan significativos como la equidad social.

El Congreso fue presencial pudiéndose seguir las conferencias y posteriores mesas redondas online trabajando temas de primer orden, la ciudad que queremos, obliga a pensar nuevas formas de vida y nuevas formas de habitar. José Mª Ezquiaga señaló que se “hace inaplazable abandonar los modelos actuales de desarrollo urbano desde la perspectiva de la salud, el desarrollo sostenible, la resiliencia frente a los desastres naturales, los cambios tecnológicos y la cohesión social”.

La primera sesión se dedicó a la vivienda, como un tema esencial después del último año, que exige pensar nuevas formas de vivienda que inevitablemente tendrán incidencia en el programa, morfología y sus dimensiones. Se presentó con la intervención de Anne Lacaton la cual afirmó que “que la vivienda debe ser el plan de cualquier propuesta urbana” le siguió Dietman Eberte, su ponencia “Reinventar la vivienda”. El día se completó con distintas presentaciones sobre a movilidad en las ciudades, con las intervenciones de Philip Rode y Miguel A. Fernández Lores, alcalde de Pontevedra que presentó el trabajo realizado con la pacificación del tráfico en su ciudad mostrando los resultados de una política que ha cambiado el paisaje urbano y la calidad de vida de los ciudadanos.

El segundo día se dividió igualmente en dos sesiones, la primera: “La construcción social e la ciudad que queremos” tuvo como ponentes a José Mª Ezquiaga, con un contenido proyectual de futuro y a Fabienne Hoelsel, arquitecta que presentó a la arquitectura como mediadora en las desigualdades sociales, un gran desafío a día de hoy. Remató la sesión de la mañana el profesor de la Universidad de Columbia, Feniosky Peña-Mora, presentando el caso práctico de la ciudad de Nueva York y los medios que se están poniendo en cuanto a las infraestructuras y la resiliencia urbana con un claro enfoque de mitigación del impacto previsible del cambio climático.

La intervención de Rafael Fernández Valverde, magistrado del Tribunal supremo sirvió para poner en relieve la dificultad de los jueces para discernir con equidad en una situación de judicialización y cambios legislativos, y habló de problemas tan actuales como la anulación de planeamientos por cuestiones parciales que, ante la falta de una legislación apropiada, se traducen en la anulación de la totalidad del plan dejando  a las ciudades sin herramientas de proyecto y gestión control para su desarrollo.

La segunda sesión: “La ciudad que queremos: equidad, salud y bienestar” contó con la intervención de Mª Ángeles Durán, con una propuesta reivindicadora de “los otros”, aquellos a los que no se suele tener en cuenta cuando pensamos en hacer ciudad: emigrantes, cuidadores, ancianos o niños, incidiendo en la diversidad social. El segundo interviniente fue Joan Clos, entró en temas muy concretos, desde la conciencia de que el mundo tiende a ser urbano, y su experiencia en ONU-HÁBITAT centrándose en lo que se refiere a la salud en el planeamiento y la gobernanza urbana. Para terminar la tarde se contó con Daniel Ibañez que presentó diversos proyectos derivados del título de su exposición: “Equidad urbana y resiliencia”.

La última jornada, en sesión de mañana, tuvo de nuevo dos sesiones la primera dedicada a: “La ciudad que queremos: espacio público y ciudad cercana”, ambos temas candentes y en debate en su nueva definición en el momento actual y que contó con dos intervenciones, una referente a la ciudad compartida y los bienes públicos, éste último un tema emergente al igual que el tema sobre el que habló Francesc Muñoz, el espacio urbano como territorio de gestión del conflicto y el consenso.

La segunda sesión se dedicó a la emergencia climática a través de las reflexiones del experto en desarrollo sostenible y cambio climático, Mohan Munasinghe enfocando el camino hacia un crecimiento verde inclusivo y equilibrado. Carlos Solchaga, el último ponente, hizo un discurso claro y optimista desde su larga experiencia en la vida política defendiendo a las ciudades como motores de recuperación económica.

Un Congreso necesario, con un alto nivel a cuyos contenidos se puede acceder en este enlace como un legado de mayor recorrido que el de las jornadas en las que se celebró.