Bajo la convocatoria: “Retos y soluciones para llevar refugios a las comunidades vulnerables”,  la Fundación Norman Foster ha convocado un debate en el que han participado Elena Giral, Norman Foster y Sigheru Ban moderado por Johan Karlsson. Entre los fines de la Fundación está “promover el pensamiento interdisciplinar y la investigación para ayudar a las nuevas generaciones a anticipar el futuro” y, en este sentido, la sesión fue un éxito con una sala llena de estudiantes o jóvenes arquitectos atraídos por la presencia de dos premios Pritkzer en la misma sala, el debate se planteó en dos sesiones introductorias y dos conversaciones con una última parte dedicada a las preguntas.

Los refugiados son un problema creciente que nos concierne a todos, el cambio climático, los conflictos armados o la crisis alimentaria desplazan día a día a miles de personas, en cifras difíciles de estimar, aún cuando se hable de 150 millones que algunas fuentes llevan a cifras entre 200.000 y un billón. En ese panorama es en el que se produce esta reunión de expertos para considerar “la realidad práctica, altamente fluida, compleja y desafiante de los refugios humanitarios”.

La presentación del debate fue realizada por Johan Karlsson, director gerente de Better Shelter, una empresa social creada por la Fundación IKEA que provee soluciones innovativas de vivienda, su introducción giro en torno a la necesidad de respuesta inmediata a las emergencias, lo que permiten los prototipos que vienen desarrollando de manera industrializada, refugios sostenibles de bajo coste económico y reutilizables, incidiendo en la importancia de la consideración de que cada número es una persona y un tema sobre el que indudablemente se alcanza consenso: la vivienda debe ser segura y digna. Resaltó otro tema que poco a poco  la realidad demuestra como estable, los refugiados no están de paso, cada vez vemos más como nacen, crecen, tienen hijos, envejecen y mueren en el lugar de acogida. Los campos dejan de ser temporales, situación que se convierte en uno de los retos  de las nuevas generaciones y que exige pensar a donde vamos y que hacer y supone una gran tarea para los arquitectos.

La siguiente ponente fue Elena Giral, arquitecta que trabaja en la Comisión Europea, especializada en refugios, asentamientos de emergencia y proyectos comunitarios participativos. Coordina, en primera instancia, la capacidad de los refugios de emergencia bajo el programa rescEU. Giral planteó la complejidad de la tarea que va más allá de proveer refugios, exige agua, alcantarillado, seguridad, privacidad, ir a la escuela y con el paso del tiempo una serie de servicios que reflejen la cotidianeidad de una vida normal. Incidió en la necesidad de formar profesionales de la emergencia con una aproximación humilde y afirmó, desde su propia experiencia, que los arquitectos no están suficientemente preparados para la emergencia.

Ya en el diálogo con Karlsson, señaló la conveniencia de evitar el aislamiento que victimiza y tener en cuenta el impacto local, al tiempo planteó como la calidad del espacio puede destruir o mejorar sus vidas, lo que no quiere decir que el diseño sea fundamental, aunque debe estar presente, sino que lo más importante es poner a la gente en su contexto estudiar las condiciones específicas. Hay que pensar la escala e involucrar a la población local tema que volvió a aparecer de manera recurrente a lo largo del debate.

La tarde continuó con la conversación entre Foster y Sigheru Ban conducidos por Karlsson. Sigueru Ban es el premio Princesa de Asturias del año 2022. Sobradamente conocido por sus actuaciones en situación emergencia, el jurado ha destacado su “contribución solidaria al proporcionar refugio en situaciones dignas en situación precaria derivada de emergencias sociales y naturales o situaciones de conflicto” y “su trabajo siempre guiado por valores humanitarios y con la contribución del voluntariado ofrece el ejemplo de una arquitectura sostenible con el empleo de materiales reciclables”. Sus aliados son el plástico, la madera y sobre todo el cartón al que ha logrado transformar en un material duradero, siempre utilizando lo existente de maneras distintas, materiales de bajo coste, reciclables y locales de manera perdurable, y en ese sentido  Sigheru Ban recordó como el uso en Uganda de la madera, con su política de acogida abierta, pudo provocar en su momento la desforestación.

El diálogo en todo momento fue fluido, como no podía ser de otro modo dado lo confluyente de los planteamientos entre ambos profesionales, aún desde puntos de vista distintos, dado el mayor peso concedido por Foster en su obra a la incorporación de la tecnología como elemento de progreso en la construcción, siempre en el campo que él considera esencial: el futuro de las ciudades y la agenda verde y como pionero de los desarrollos de carbono neutro.

Un tema sobre el que sin duda había acuerdo, una vez incorporada Giral a la conversación, es que estamos ante procesos incrementales y en la complejidad de la emergencia y la necesidad de entender el contexto y prepararse para responder. Al tiempo, la necesidad de la existencia de una voluntad política, como ejemplo la política abierta de Uganda que permite que la gente responda y pueda progresar, lo que exige un cambio en la forma de percibir a los demás. Son necesarias las políticas de los gobiernos, no solo la intervención de las organizaciones internacionales.

Sigheru Ban introdujo el tema de la vivienda semipermanente, exponiendo el caso de Kenia, y la exigencia  del estudio de la arquitectura tradicional y el aprovechamiento de la tecnología, introduciendo el concepto de lo nuevo vernacular, sin que por ello las soluciones dejen de ser baratas, sencillas y rápidas, planteó el tema de la autoconstrucción como oportunidad de empleo, lo que supone un cambio drástico, la gente contribuye. Foster señaló la dificultad de encontrar materiales y suministros instantáneos en distintas latitudes.

Estos temas llevaron a lo que se empieza a percibir como un tema relevante a considerar y ya mencionado con anterioridad la distinción entre temporal y semipermanente, una de las grandes preocupaciones de Sigheru Ban, por su evolución hacia lo permanente. Los términos temporal y permanente deben reevaluarse y es necesario cambiar para ser efectivo, construir con criterio, insistiendo Foster en temas importantes como la energía y el espacio público, pensar en crear comunidad y no trabajar por unidades, empezando con la idea de un pequeño pueblo, a través del impulso de la vida colectiva.

Incidió Foster también en otro tema relevante, la propiedad del suelo, al ser los asentamientos espontáneos aparecen los conflictos derivados de la ocupación de la tierra, ya sea la propiedad pública o privada, la situación se transforma sí pertenece a la comunidad.

Como conclusiones de una interesante jornada: atender a la dignidad de las personas es fundamental y la inclusión muy importante, así como la necesidad de implementar oportunidades, lo que exige viviendas seguras y dignas que garanticen el sentido de comunidad, la participación en su creación y la integración de la agricultura y los empleos, propiciando no vivir de ayudas.

Puedes ver el video de la jornada en este enlace.